El fabuloso destino de Amélie Poulain
Hay películas únicas, inclasificables, que más allá de sus méritos o su calidad rompen los esquemas de lo establecido por su novedad, originalidad, frescura y ausencia de moldes en los que encasillarlas. Ésta es sin duda una de ellas y ascendió por méritos propios a la categoría de «película de culto».
Cuando su música, además, está a la altura, el hechizo del espectador está garantizado.
Amelie (Jean-Pierre Jeunet, 2001)
Yann Tiersen
La música de las sábanas blancas 
Bastante flojita.
No tengo fuerzas para indagar en bandas sonoras.
El calor (37 ºC) me deprime.
Opto por lo más fácil.
Aunque no sea el lugar idóneo.
Aunque ya hubiera sonado en el Salón Turquesa.
Repito (ni siquiera ha contestado): dese de alta en YT y cree una lista de lounge.
Sus seguidores se lo agradeceremos.
Ejque, ejque, no me atosigue, que la calor no es buena, que uno es del otoño y del invierno…
1 – Me sé manejar en cuestiones infommáticas, feisbuq, tuiters y weberas como la seguidora X.
2 – La música del Salón Turquesa no sé si es house, chillout, lounge, smooth-jazz… Es (como ya dije hace unas semanas) mi música privada, con ritmo generalmente suave. Música con mezcla de acordes melancólicos.
3 – Como mucho haré una lista en documento docx y ya irá usted pegando. Pero sin prisas.
Cagüen el sol de España.
Tengo debilidad por esta película y por esta música. Cuando la oigo, me evoca París, Francia, alegría y juventud.
CQ